Es una pregunta que entró en debate hace poco, pero como muchas cosas en el país, se deja de lado rápidamente. La verdad, el tema de fondo es mas delicado, pero implica demasiado largo plazo, ya que la formación pasa por valores en el hogar y una buena educación lo cual implica una simbiosis entre la familia y el estado pasando por organizaciones religiosas y civiles. En pocas palabras, de la noche a la mañana no se va a cambiar la mentalidad de nuestros peloteros (dejando de lado a los futbolistas que son los profesionales dentro y fuera de la cancha).
En vista de ello, es mejor tomar el toro por las astas y aplicar un plan de contingencia que implica tener dentro de los equipos a psicólogos para que puedan de alguna forma motivar y encauzar la mentalidad de aquellos que lo requieran que debido a ciertos factores de formación particular tengan tendencias a la irresponsabilidad y al conformismo, entre otros aspectos que ya todos conocemos en nuestro fútbol.
Obviamente, el psicólogo está para apoyar no para hacer milagros, pero a no hacer nada y estar lamentándonos perdiendo talentos en bruto, pues yo creo que es al menos en el corto plazo una alternativa.
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